miércoles, 28 de diciembre de 2011

Qué sí, qué sí, qué el albatros de Coleridge se tatuará en mi pecho...

“La levedad del pájaro”
Aprender la levedad del pájaro.
Sacar los pies del nido y encontrar
que fuera el mundo es limpio
y el cielo es amplio
y no nos queda nada
por lo que valga la pena no amar.

Aprender
la levedad del pájaro. Respirar.
Sentir cómo pasa el aire
por todas las esquinas del cuerpo,
Lo más parecido a volar
que puede hacer una mujer
como yo,
con el corazón
pegado a la tierra.
Desafiar
la gravedad
como el que desafía
una norma, aprender
la levedad del pájaro.
Olvidar que las cosas pesan
y echarlas al aire,
quedarse quieto y ver
cómo les nacen
alas.
Lo más parecido a volar
que puedo hacer,
yo que tengo
los pies
de plomo.

Aprender
la levedad
del pájaro. 

Laura Casielles. 

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