domingo, 29 de mayo de 2011

"Ícaro y Lucifer (el descenso a los infiernos)"

Y hoy debería confesar que
Ayer firmé un contrato exclusivo
Y vitalicio con Lucifer.
Que ayer descendí al mismo
abismo
Por haberme extirpado el alma,
Por haberme sentido apátrida,
Por haberme autodiagnósticado
Demencia juvenil en grado medio.
Por haberme convertido en un espectro
Errante, alienado,
Y todo esto sin apenas
contar contigo.

Y hoy debería confesar que
Ayer deseé que rodaran cabezas
Maltrechas e instruidas.
Que ayer mi sangre hirvió hasta
derramarse
Por haber intentado alcanzar el sol,
Por haberme abierto antiguas heridas de guerra,
Por haber improvisado un viaje a Marte
sin el equipaje adecuado.
Por haberme convertido en un Ícaro
Obstinado, obnubilado,
Y todo esto sin apenas
Contar contigo.

C.G.B. 

sábado, 14 de mayo de 2011

"Descarrío"

Y a través del alféizar
de un opaco ventanal
despedí trenes y vagones
(entre llantos y sollozos)
en los que recorrí
insólitos parajes,
y en los que descubrí
que no sólo exóticos carteles
de neón americanos adornan e iluminan
grandes avenidas, sí, que incluso
aquellas que atraviesan
los mares del
conocimiento más mundano
y erudito, siempre en solitario,
irradian
luz propia.

Intempestivos acontecimientos,
y no miento, pues la mentira
sólo encuentra en discursos fúnebres
cabida,
incitaron al asalto insospechado
de traumas olvidados
y encontrados en el fondo
de un cajón de sastre
maldito y hostigado,
profanado por la pérdida de
la llave maestra en un combate
cuerpo a mente en el que
un ausente raciocinio,
aún luchando virtualmente,
acabó descarriándose justo
en el último y primer round. 

Y a través del alféizar
de un opaco ventanal
despedí trenes y vagones.

C.G.B.