domingo, 27 de marzo de 2011

Humedades relativas

Cómo cortar un cordón
umbilical aún latente, 
cómo arrojar cenizas
al océano índico 
del olvido si todavía 
la tempestad no ha
logrado extinguir 
incendios que calcinan 
territorios habitados 
por pasiones estivales turcas
desatadas de mala manera. 

La lluvia no cesa, 
la humedad relativa 
anega y destiñe 
parte de quiméricos
espejismos 
que como el arco iris 
morirán con
los últimos rayos de sol
en una playa desierta. 

Háblame con los ojos, 
poséeme y resbálate 
por mi anhelante 
anatomía
cual gota de lluvia
o de sudor que 
se columpia y se suspende 
por la celosía de tu frente, 
a través de la que 
redescubres viejos mundos
ya pintados e inventados 
antes de que llegase yo.

Aún yace tierno el musgo
en el arca que construimos
en el ventrículo izquierdo 
de este aturdido corazón. 

C.G.B.

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