Cuando la más tierna infancia decide ceder su trono a la ardua e insurrecta etapa de la adolescencia, génesis de futuras incógnitas existenciales y preocupaciones diversas, tiene lugar una particular "caza de brujas" personal con el mero objetivo de dar carpetazo a un periodo dulce pero cuyos recuerdos harían avergonzarse incluso hasta el más valiente entre los valientes...Este peluche, del cual se desconoce la marca registrada, no ha logrado escapar de dicha cacería y ahora se abrasa y se consume entre llamas de delirios y perturbaciones efebas y aún imberbes...
Recuerdamé que no lo deje cerca de mis hijas!
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Tranquila que aún tienen que pasar muchos años para que tus hijas tengan que conocer a tal individuo! Ojalá se quedasen siempre pequeñitas, verdad?
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