Primera foto de la serie "Matrioshkamente". Sucesión de retratos cuya finalidad no es otra que la de exhibir la belleza "rusa" que rodea a estas muñecas de madera pintadas a mano. Encanto cultural y visual se dan la mano en estas pequeñas delicatessen del arte...(si se me concede la licencia...)
Tucky.
Cuéntanos la historia (que seguro que la hay) de estas pequeñas compañeras de viajes (y de sueños).
ResponderEliminarMe encantan!
La historia de estas pequeñas mujercillas no entraña una crónica y/o incidente de éstos que te marcan de por vida (¡aunque ellas ya han conseguido "marcarme" y conquistarme, "rusamente" hablando!)No obstante, la leyenda de cómo llegaron a mis manos es bien sencilla: una pareja de rusos tenían montado su tenderete en la pasada feria Medieval de mi pueblo. Entre pateo y pateo, y oteo y oteo, descubrí las maravillas que este singular tándem exhibían en su stand. Las vi y...fue un flechazo en toda regla! Tuve que comprármelas inmediatamente porque ya sólo era capaz de visualizarlas en mi mesita de noche.
ResponderEliminarY colorín, colorado (o azulado), esta breve pero mágica (y sencilla) historia, se ha terminado...
Un beso, Señorita Gorgona