Porque el puro erotismo y el candor de la infancia pueden ir perfectamente cogidos de la mano...Porque el buen gusto y la belleza no tienen porqué sólo conjugarse con delicadeza y recatamiento. Porque la discreción puede hacer juego con la provocación más sutil y misteriosa...Porque el arte de Miss Van rezuma una elegancia singular e insólita a la par que segrega sustancias surrealistas "al dente". Porque quizás me recuerda a Mark Ryden…Porque me gusta y porque a veces alimentar un poco la vista con este tipo de descubrimientos antes de irse a dormir un domingo como otro cualquiera no tiene precio.
He aquí algunas imágenes que lo confirman:
Y si te has quedado con ganas de más, dale un mordisco a Miss Van en estas paginicas que podrían abrirle el apetito visual a cualquier hijo/a de vecino:
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